El Fondo de Cultura Económica (FCE) es una institución fundamental en México, dedicada a la difusión de la cultura y el conocimiento, y que ha contribuido significativamente al desarrollo educativo y cultural del país. Sus librerías no solo son espacios para la venta de libros, sino también centros activos de promoción de la lectura y la cultura, donde se llevan a cabo diversas actividades que enriquecen la vida cultural de la comunidad.
En el marco del mes de julio, dedicado a celebrar las culturas asiáticas, el FCE en colaboración con el Centro Cultural Coreano inauguraron una serie de actividades diseñadas para acercar a la comunidad mexicana la riqueza y diversidad de la cultura coreana. Estas iniciativas buscan fomentar el intercambio cultural, promover el conocimiento y fortalecer los lazos entre ambas culturas, ofreciendo una experiencia enriquecedora para todas la personas asistentes.
Presentación del libro flor negra
En el marco del 120 aniversario de la migración coreana a México, celebramos una historia que trasciende fronteras y corazones. La primera actividad de esta semana dedicada a Corea fue un conversatorio íntimo y lleno de significado, celebrado en la librería Octavio Paz, donde las palabras se entrelazaron con la esencia de una nación y su diáspora.
Se inauguro la semana con un conversatorio especial de la novela Flor Negra del autor Kim Young-ha, quien a través de un video que realizado especialmente para esta presentación nos pudo compartir su visión y su inspiración. Desde la distancia, también nos regaló unas palabras que cruzaron océanos, conectándonos con su alma y su obra.

Flor Negra nos invita a recorrer un camino de emociones, donde la ficción y la historia se funden en un relato que rompe con la hegemonía académica para mostrarnos, de manera más humana y profunda, la travesía de la migración coreana. Es un puente que une historia, cultura y memoria, ofreciéndonos una mirada sensible y poderosa sobre una diáspora que sigue tejiendo su historia en cada rincón del mundo.
“Una novela poderosa y necesaria”, afirmó Pilar, moderadora del conversatorio, palabras que resuenan como un llamado a sumergirse en esta obra y descubrir su magia.
Los invito a leer Flor Negra, una historia que no solo nos cuenta, sino que nos hace sentir, entender y recordar. Porque en cada página late el pulso de una migración que sigue viva en el corazón de México.

Concierto y charla de música tradicional
La segunda parada de estas enriquecedoras actividades nos llevó a la cálida atmósfera de la librería Rosario Castellanos, un espacio que se convirtió en escenario de una experiencia musical tradicional que nos transportó a las raíces más profundas de la cultura coreana.
En esta velada, fuimos testigos de una presentación única, donde la compañía Seoeuichul Ga Dan nos regaló una interpretación magistral de canciones emblemáticas de México, como Cielito Lindo y Bésame Mucho, acompañadas por instrumentos tradicionales coreanos. La fusión de melodías tan icónicas de México con la sonoridad de instrumentos ancestrales creó un puente sonoro que unió dos culturas en un abrazo musical lleno de magia y significado.
Pero la noche no solo fue un deleite auditivo; también fue una oportunidad para aprender y comprender. Se nos ofreció una charla en la que se nos presentaron los instrumentos que acompañaron esa noche, en un recorrido que fue desde los más antiguos hasta los más modernos, en un orden que respetó la historia y la evolución de la música coreana. Así, conocimos el Piri, un instrumento de doble caña que produce sonidos vibrantes y expresivos; el janggu, un tambor de forma ovalada que marca el ritmo con precisión; el gayageum, una cítara de 12 cuerdas que evoca melodías suaves y profundas; el daeguem, un instrumento de viento que añade un carácter distintivo a la música; la saenghwang, un órgano de boca que produce sonidos etéreos; el toepyongso, una flauta de bambú que susurra historias en cada nota; y finalmente, el anjang, un instrumento de cuerda que complementa esta orquesta de tradición.

Porque escuchar la música propia de un país es mucho más que oír notas; es adentrarse en su alma, en su historia, en su cultura. La música tradicional es un reflejo vivo de la identidad, un lenguaje universal que nos conecta con las raíces más profundas de cada nación.
Un dato que enriquece esta reflexión: de los 203 países que conforman nuestro mundo, solo 62 poseen su propia música tradicional. Entre ellos, México y Corea, guardianes de sonidos ancestrales que nos invitan a explorar, comprender y valorar la riqueza cultural que nos une y nos diferencia.
Taller de caligrafía y portadas de libros
La última actividad de esta enriquecedora semana nos llevó a la acogedora librería Concha Michel, ubicada en la vibrante alcaldía de Iztapalapa, un espacio que se convirtió en un santuario de arte y cultura. En este rincón especial, tuvimos la oportunidad de adentrarnos en el fascinante mundo de la caligrafía coreana, un arte milenario que trasciende la escritura para convertirse en una expresión estética y espiritual.
Nos sumergimos en la belleza del Munbangsawoo, también conocido como "los cuatro amigos del estudio", un conjunto de materiales sagrados y esenciales en la caligrafía coreana. Estos objetos, considerados los compañeros fieles de los estudiosos y artistas, representan la armonía entre la mente, el corazón y la mano. Los cuatro elementos que conforman el Munbangsawoo son mucho más que simples herramientas: son símbolos de la tradición, la paciencia y la búsqueda de la perfección artística.

Cada uno de estos objetos posee una historia y un significado profundo: el pincel, que captura la esencia de la inspiración; la tinta, que da vida a las ideas en cada trazo; el papel, que recibe y refleja la energía del artista; y el soporte, que sostiene y acompaña en cada creación. Juntos, forman un conjunto que invita a reflexionar sobre la conexión entre el arte y la cultura, y sobre cómo la caligrafía puede ser un puente entre el pasado y el presente.
Pero esta experiencia no solo fue un recorrido por técnicas y materiales; también nos permitió reflexionar sobre la comunicación gráfica y cultural entre México y Corea. A través de la comparación de las portadas de libros emblemáticos, como Flor Negra y Actos Humanos, descubrimos cómo cada país expresa su identidad visual de manera única. Las portadas mexicanas, llenas de color y simbolismo, contrastan con las de Corea, que reflejan su estética minimalista y su profunda carga cultural. Estas diferencias nos ofrecen una ventana abierta a las tradiciones, valores y sensibilidades de cada nación, recordándonos que los libros son espejos que reflejan la esencia de quienes los crean y leen.
De esta experiencia, me llevo una reflexión que resonó profundamente en mí: los libros y las personas somos muy parecidos. Ambos contienen historias, emociones y universos internos que esperan ser descubiertos. Como bien dijo alguien en esta jornada, "los libros y las personas nos parecemos mucho", una frase que se quedó conmigo y que invita a valorar la riqueza de la cultura y la humanidad que compartimos.
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