En la víspera del desfile de la Mega Procesión de Catrinas 2025, la Ciudad de México se iluminó con una energía vibrante y contagiosa. Las luces de la calle se atenuaron, y en su lugar, los alrededores del desfile cobraron vida con la presencia de un grupo de jóvenes que compartían con el público una pasión que trasciende fronteras: el K-pop. Con cada paso, cada giro y cada sonrisa, TaggMe no solo interpretaba coreografías; contaba historias, tejía puentes y celebraba la unión entre dos culturas distantes pero hermanas en su amor por la música y la danza.
La historia de TaggMe comenzó hace varios años, cuando un grupo de jóvenes mexicanos, unidos por su admiración al K-pop, decidieron formar una comunidad para compartir su pasión. Su dedicación y amor por el arte los impulsaron a aprender, practicar y mejorar. Con el tiempo, su esfuerzo y constancia los llevaron a destacarse en la escena local, participando en eventos y concursos, y ganando reconocimiento por su autenticidad y entrega. Además de ser la primera academia en México en formar profesionales en artes escénicas inspiradas en Corea.

En 2025 TaggMe sorprendió al público con sus interpretaciones de Blackpink y Girls’ Generation. Sin embargo, su repertorio es vasto y diverso pues en años anteriores han rendido homenaje a grupos como EXO, BTS, TWICE, Red Velvet y muchos otros, siempre con el mismo nivel de dedicación y respeto por la esencia de cada coreografía. Cada presentación es una nueva oportunidad para mostrar su amor por el K-Pop y la capacidad para adaptarlo a su estilo único.
En los alrededores del desfile, TaggMe desplegó toda su energía y entusiasmo. Las coreografías capturaron la atención de los transeúntes y del público que ya se reunía, y cada movimiento estaba lleno de precisión, alegría y pasión. Las interpretaciones de Girls’ Generation, Blackpink, y éxitos contemporáneos como la playlist de K-Pop Demon Hunters demostraron horas de práctica y un compromiso absoluto con la música y la danza, dejando una sensación de emoción y admiración en quienes los observaron.

Cada año, TaggMe realiza un dance cover especial fusionando magistralmente tradiciones mexicanas con técnicas y pasión del K-Pop. Gracias a su creatividad y constancia, se convirtieron en precursores de unir Corea con México a través del arte y la música en el Día de Muertos, mostrando que la danza es un puente capaz de conectar corazones y culturas. Su trayectoria es un ejemplo inspirador de disciplina, talento y amor por lo que hacen, y cada presentación es un regalo lleno de dedicación y belleza.
Personalmente, lo que hace especial a TaggMe no es solo su habilidad para replicar coreografías; es su capacidad para fusionar dos culturas a través de la danza. En cada presentación, demuestran que el arte no tiene fronteras; la música y el baile son lenguajes universales que pueden unir a las personas más allá de su origen. Su dedicación y amor, combinado con la identidad mexicana, crean una propuesta única que celebra la diversidad y la hermandad entre naciones.

Desde mi punto de vista, ver a TaggMe es un recordatorio de que la pasión y la constancia transforman sueños en experiencias que trascienden cualquier barrera. Cada movimiento suyo es una celebración de la vida, del arte y de la amistad entre México y Corea. Me emociona pensar que jóvenes talentosos puedan inspirar a tantos otros y mostrar que la creatividad, la disciplina y el amor por lo que se hace pueden cambiar la manera en que percibimos la cultura y la conexión entre países.
La historia de TaggMe es un testimonio del poder de los sueños y la pasión. Es la prueba de que, con dedicación, esfuerzo y respeto por lo que se hace, es posible trascender fronteras y conectar corazones. TaggMe no solo ha llevado el K-Pop a México; ha llevado México al mundo, mostrando que la cultura mexicana tiene mucho que ofrecer y que el arte es una herramienta poderosa para construir puentes entre diferentes culturas.
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