Historias tejidas con emoción por nuestra estrella
La gira de Baekhyun por Latinoamérica en 2025 no fue solo un evento musical: fue un punto de encuentro emocional, cultural y comunitario. Fue su primera vez como solista en esta parte del mundo, y marcó la vida de miles de fans que, pese a los desafíos económicos, geográficos y personales, hicieron todo lo posible por estar ahí. Este artículo recoge algunos de esos testimonios que muestran la fuerza de la comunidad Eri y el profundo impacto que puede llegar a tener un artista cuando traspasa las barreras del idioma, la distancia y el tiempo. Estará dividido por secciones tal y como una historia de película sería contada.
También incluye mi experiencia como periodista y fan boliviana, que, si bien no pudo asistir, vivió con intensidad y emoción cada etapa de la gira a través de las historias de otros fans. Este artículo es una forma de rendir homenaje a Baekhyun y a todas las EXO-L que hicieron de estos conciertos un fenómeno histórico.

Mi experiencia personal:
Por diferentes dificultades y la crisis que enfrenta actualmente mi país, no pude viajar al concierto de Baekhyun, aunque hice todo lo que estuvo a mi alcance para asistir, especialmente a la fecha de Chile. El drama no me abandonó en ningún momento. Recuerdo mirar una y otra vez el precio de las entradas y buscar desesperadamente la conversión de pesos chilenos a bolivianos, aunque eso solo me hacía sentir más angustia.
Le rogué a mi mamá que me dejara ir. Le prometí que tendría cuidado, pero viajar sola a un país desconocido era, según ella, un riesgo muy grande. Hablé del tema incluso con mi jefa, quien me alentó en varias ocasiones a comprar el boleto y lanzarme a la aventura. Pero la realidad era una sola, y tuve que pensar con la billetera y enterrar mi corazón.

En medio de todo, hice chistes para no llorar. Literalmente. Me repetía el dicho “ríe para no llorar” como una forma de consuelo. Pensé que una vez que pasara el concierto en Brasil y luego en Chile, el dolor disminuiría. Pero me equivoqué.
Ver los videos de Eris disfrutando del concierto, conociendo a la razón de mi sonrisa, fue un golpe muy duro. Sin embargo, también me llenaron de orgullo. Ver a Baekhyun tan feliz en Brasil, con un público tan apasionado que agotó dos fechas, fue hermoso. Le cantaron, gritaron y se emocionaron. Y yo, desde casa, me emocioné también.
Cuando llegó a Chile, las fans se lucieron. Una chica incluso llevó una vuvuzela para animar el ambiente. Fue en ese concierto que Baekhyun se sorprendió por el amor hacia su canción “Cry For Love” y se mostró muy coqueto con todas. Una parte muy graciosa fue cuando dijo que si tenían calor podían quitarse las chaquetas, y se asustó al ver que muchas lo hicieron sin dudar.
Luego llegó a México, y nuevamente el público lo dio todo. Me impresionaron. Cada video me hacía sentir tristeza por no estar allí, pero también mucha felicidad y orgullo por ser latina. Nuestra sangre caliente hizo que Baekhyun no solo diera un concierto más: le brindamos amor, energía y emoción. Y él nos lo devolvió.

Esta experiencia me impulsó a escribir este artículo. También quiero agradecer a mi amiga Alma, una fan mexicana con quien hablé apenas se anunció la gira. Le dije que debía ir, y aunque no logró comprar la entrada cerca del escenario por la alta demanda, finalmente fue en zona general. Ese día, me compartió fotos, videos y cada detalle del concierto. Gracias, Alma, por dejarme vivir esa experiencia contigo, aunque fuera desde la pantalla de mi celular. Quise recopilar estas historias para que el mundo vea cómo los fans latinos transforman los conciertos en celebraciones, en comunidades, en actos de amor. Porque, aunque yo no estuve físicamente, me sentí parte de cada grito, cada lágrima y cada sonrisa.
La odisea de conseguir una entrada
Conseguir una entrada para ver a Baekhyun no fue simplemente un trámite. Para muchas fans fue una batalla campal emocional y logística. Desde filas virtuales interminables hasta el temor constante de que los boletos se agoten en segundos, esta etapa ya era el primer obstáculo a superar.
Soffy Reyes nos cuenta que la emoción empezó incluso antes del concierto, cuando por primera vez decidió hacer freebies (regalos hechos por fans, para fans), confiando en personas desconocidas para repartirlos el día del evento. Pero la tensión no tardó en llegar: fue víctima de una estafa de 9 mil pesos por parte de un revendedor. Afortunadamente, recuperó el dinero y pudo comprar entradas en la zona general. A pesar de todo, logró asistir por tercera vez a un concierto de Baekhyun.

Cyntia Monsoon, por su parte, cayó enferma justo un día antes de la venta de boletos, pero su dolor de riñón no la detuvo: hizo fila virtual como pudo, y aunque la zona que deseaba ya no estaba disponible, logró adquirir una entrada. Para ella, era esencial asistir porque había perdido la oportunidad de verlo en el Kamp y no quería que volviera a pasar.
Marisol Ordóñez relata cómo la noticia del concierto la hizo llorar de la emoción. En el momento de la compra de boletos, sus amigas e incluso personas de su lugar de trabajo se unieron para ayudarla a conseguirlos. Fue una lucha de nervios, pero finalmente salió victoriosa.
Fabiola Fukaeri vivió una verdadera tragedia digital: su celular se apagó justo en el momento de hacer el pago. Solo consiguió entrada en zona general, y luego tuvo que correr para habilitar otro teléfono. A pesar del caos, no se rindió. Rosa Valencia igual enfrentó complicaciones, pero el deseo de ver a su artista favorito superó todo.
La emoción por ver a Baekhyun no conocía de obstáculos. El proceso de conseguir una entrada, aunque desafiante, fue la primera muestra de la determinación de las fans por formar parte de un momento que sabían sería inolvidable.
Viajes largos, sacrificios enormes
El amor por un artista a veces se mide en kilómetros, horas sin dormir y planes improvisados. Ver a Baekhyun en vivo significó recorrer caminos complicados, pero también emocionantes, para muchas fans latinoamericanas.
Soffy Reyes viajó con su amiga desde Monterrey a Ciudad de México en un autobús durante 15 horas. Lo hicieron aplastadas, pero felices porque había una promoción en Flixbus que les permitió ahorrar. A pesar del cansancio, la emoción era tanta que parecía borrar cualquier incomodidad.
Georgina Morales también viajó desde Nuevo León. Cuando consiguió su boleto tres semanas antes del evento, tuvo que organizar hospedaje, transporte y alimentación en muy poco tiempo. Ver a Baekhyun sobre el escenario hizo que cada sacrificio valiera la pena.
Fabiola vivió una odisea digna de película: entre fallos tecnológicos, vestidos que se terminaban de coser a último momento y retrasos en los autobuses, llegó a la Ciudad de México sin dormir ni comer. Su única motivación era estar presente en el concierto. Incluso se perdió en el Metrobús, pero cuando llegó al Pepsi Center todo el caos se transformó en magia.



Christopher había renunciado a su trabajo y tenía pensado ahorrar para ver a un actor en una convención, pero cuando se anunció la gira, decidió cambiar sus planes. Con la ayuda de su padre y sin apenas dormir ni comer, logró llegar a la segunda fila del concierto. Aunque no es de gritar en estos shows, esa vez se entregó completamente.
Rosa también tuvo que movilizarse desde otra ciudad. Organizó todo con anticipación, incluyendo su outfit y freebies. Lo dejó todo listo para poder viajar a Ciudad de México, donde pudo reencontrarse con Baekhyun tras años sin verlo en vivo. Su primer pensamiento al verlo fue: “Es real, es súper bonito y está aquí en serio”.
En todos estos relatos se ve claramente que el viaje no comienza el día del concierto, sino mucho antes. Las decisiones, los preparativos y los riesgos asumidos reflejan cuánto puede mover el corazón de una fan cuando su ídolo pisa su continente.
Freebies con identidad
Para muchas fans, asistir al concierto no solo significó ver a Baekhyun, sino también compartir un pedacito de sí mismas con otras personas. Así nacieron los freebies: regalos hechos a mano o preparados con mucho cariño para repartir entre fans.
Marisol, sin recursos para hacer algo más elaborado, decidió llevar churros, el negocio de su familia, y los decoró como el hermoso “kkurujam”. Con los últimos pesos que tenía, compró papel y adornó su caja para repartir “kkuru-churros” el día del concierto y los compartió con orgullo porque representaban también el legado de su padre. Fueron un éxito.


Fabiola pasó 15 días confeccionando 100 llaveros de fieltro con forma de Teolaegi (uno de los amigos creados por Baekhyun). Al mismo tiempo, pintó sus tenis y su vestido, que terminó de coser el mismo día del concierto. Su vestimenta, sus freebies y todo su esfuerzo fueron como una carta de amor al artista.

Rosa Valencia también quiso compartir un poco de su cultura. Pensó su outfit con anticipación y preparó detalles únicos para llevar. Para ella, los freebies que recibió eran “un cachito de cariño de las fans”. Esa red de intercambio emocional llenó de color los alrededores del Pepsi Center y otros recintos.
Diana Williams, a pesar de no tener boleto confirmado, se fue con su Lightstick y sus regalos listos para repartir. Pensaba simplemente compartir y estar cerca de otras fans, hasta que al final decidió endeudarse para poder entrar. Pero lo que la motivaba desde el inicio era el deseo de conectar.
Los freebies no fueron simples objetos: fueron pequeñas extensiones del alma, actos de ternura y comunidad. Nos muestran que la cultura fan no solo gira alrededor del artista, sino también del lazo que se crea entre quienes lo siguen.


Un fandom que se vuelve familia
La gira de Baekhyun por Latinoamérica no solo trajo conciertos, sino también una manifestación vibrante de comunidad. Muchas fans viajaron solas y terminaron encontrando compañía y amistad entre desconocidas que compartían una misma pasión.
Soffy, por ejemplo, se embarcó en esta aventura desde Monterrey y al llegar y querer repartir sus freebies se dio cuenta de que la comunicación y la cooperación entre fans era natural, fluida, como si se conocieran de toda la vida. “Éramos una sola comunidad, todas fueron muy amables”, dijo
Georgina Morales también viajó desde Nuevo León y compartió el esfuerzo extra que implica asistir a un concierto para quienes viven fuera de la capital. Hospedaje, transporte, estadía, alimentación…todo debía cuadrar, y aun así lo logró. Lo más emocionante para ella fue ver a Baekhyun orgulloso al escuchar cómo el público cantaba sus canciones.
La emoción compartida, los cantos al unísono, el intercambio de regalos y palabras, incluso los abrazos espontáneos: todo fue parte de un sentimiento colectivo. Fans que no se conocían se apoyaron, se cuidaron, se escucharon. No eran simples asistentes al mismo evento: eran parte de una familia temporal, unida por el amor a la música y a un artista que supo valorar ese cariño.

La voz que sostiene corazones
Cynthia Monsoon soñaba con escuchar en vivo esas notas altas que solo Baekhyun puede alcanzar. Aunque se enfermó gravemente un día antes de la venta de boletos, no se rindió. Con dolor, pero con determinación, hizo fila virtual y logró su entrada. Hacer freebies sencillos pero llenos de amor fue su forma de devolver algo a quien la ha acompañado emocionalmente durante años. “Me sentí como si tuviera una cita con él”, dijo. Para muchos, la voz de Baekhyun no es solo una melodía, es refugio.

Christopher, por su parte, renunció a su trabajo justo antes del anuncio de la gira. Dudo entre ir a ver a Baek o a otro artista, pero al final eligió al primero, porque ha sido su sostén emocional en momentos difíciles. Lo vio como un autorregalo de cumpleaños y todo lo vivido valió la pena.

El concierto como sueño compartido
Para muchas personas, ver a Baekhyun en solitario era un sueño que parecía inalcanzable. Pero cuando finalmente ocurrió, ese sueño se volvió colectivo.
Rosita dijo que la experiencia fue como una emoción indescriptible, un momento que quiso grabar en su memoria con todo detalle. Agradeció que la música no tenga fronteras y que, gracias a Baekhyun, haya vivido una juventud llena de recuerdos felices.




Marisol sintió que el anuncio fue histórico. Cuando lo vio en vivo, fue como soñar despierta.
Adri Aeri fue una de esas fans que simplemente sintió que todo encajó perfectamente: el lugar del concierto, la cercanía con su casa, la posibilidad de estar ahí. Aunque fue un esfuerzo económico importante, no se arrepintió de nada. Cada momento fue un sueño hecho realidad.
Imágenes: (de izquierda a derecha) Baekhyun y los banners oficiales de sus conciertos en Chile, Brasil y México (Cuenta oficial de instagram: @inb100_oficial
Un cierre que deja huella.
La gira de Baekhyun por Latinoamérica dejó mucho mas que videos y recuerdos: dejó marcas en el corazón. Fans como Rosa Valencia recordaron cómo conocieron a EXO en la preparatoria y cómo Baekhyun se convirtió en su favorito. Verlo de cerca, escuchar su voz en vivo, sentir su energía, fue cumplir un anhelo de años.
La experiencia no fue solo un espectáculo: fue un viaje emocional, una conexión profunda y una reafirmación del poder del arte y del fandom. Baekhyun no solo dio un show impecable, también recibió un amor inmenso que, sin duda, se lleva de vuelta en el corazón.
Estas historias son apenas una muestra del impacto que tuvo su visita. Pero si algo queda claro es que, cuando un artista conecta de verdad con su público, no importa la distancia ni el idioma. Lo que importa es la emoción compartida. Y en esta gira, Latinoamérica no solo recibió a Baekhyun: lo abrazó con todo su corazón y le agradeció por su existencia… que nos trajo felicidad.



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