60 años de cooperación internacional entre Corea y Bolivia: un vistazo a sus actividades en 2025
2025-12-27Hace seis décadas, dos naciones separadas por mares comenzaron a tejer un puente invisible, una historia viva que nos envuelve, nos conmueve y nos invita a soñar sin fronteras.
Este año, la Embajada de Corea en Bolivia celebró sus 60 años de relaciones diplomáticas con una serie de actividades que no solo rindieron homenaje a la historia compartida, sino que también mostraron la fuerza de la cultura como vínculo entre ambos países, de la mano de espectáculos de taekwondo y festivales de música a los que pudimos asistir y que se convirtieron en una parada obligatoria para todo amante de Corea: un recorrido donde la tradición y la modernidad coreanas se encontraron con la curiosidad y el entusiasmo boliviano.
Nuestras visitas nos llevaron a descubrir, sentir y compartir cada instante de esta celebración: desde la disciplina elegante del Kukkiwon Taekwondo Demonstration Team, pasando por los sonidos ancestrales y contemporáneos de Daehansaram, hasta la energía vibrante del K-Pop World Festival. Cada parada dada en la ciudad de La Paz nos recordó que la cultura es un puente que une países, generaciones y sueños.
El poder del taekwondo en escena: Kukkiwon World Taekwondo Headquarters

Las luces del escenario se atenuaron y, por un instante, todo quedó en silencio. De pronto, un grito resonó con fuerza y el equipo de Kukkiwon, considerado como el mejor representante en la élite del taekwondo, entró a escena para demostrar la destreza física de este arte marcial, además de su filosofía: disciplina, respeto y perseverancia. El evento estuvo lleno de acrobacias, coreografías combinadas con la disciplina e interactuaron con la Escuela de Artes Marciales del Ejército local, demostrando que esta actividad no solo fue un agasajo al deporte, sino también un gesto simbólico de amistad y respeto. El público presente, conformado en gran mayoría por niños que practican este arte marcial en Bolivia, padres y fanáticos del deporte, contuvieron la respiración en cada patada y movimiento, siempre culminando con el estallido de madera quebrada que se mezcló con los aplausos, y las sonrisas de asombro se multiplicaron en cada rincón del auditorio.
Para muchos en Bolivia fue la primera vez que vieron algo así en vivo y la experiencia dejó una huella profunda. Esa noche no vimos solo a los mejores del mundo en taekwondo: vimos un ejemplo de superación del país hermano.
Un viaje sonoro: de los palacios ancestrales al ritmo del presente con Daehansaram

Nos transportamos en el tiempo a través de sonidos de tambores que, vibrantes, comenzaron a marcar un pulso que hacía vibrar el suelo; una Corea tradicional se presentó frente a nosotros con Daehansaram a través de instrumentos tradicionales y una base rítmica que incorporó elementos electrónicos. logrando crear una atmósfera alegre para todos. Esta integración de ritmos ancestrales con contemporáneos nos permite entender la capacidad de la cultura coreana para evolucionar y adaptarse. Esta fusión no solo captó la atención de los asistentes, sino que también permitió acercar al público boliviano a una expresión artística que refleja el equilibrio entre herencia cultural e innovación.
La presentación de Daehansaram se convirtió así en un ejemplo de intercambio cultural, donde la música funcionó como un puente capaz de transmitir valores, emociones y una visión contemporánea de Corea, reforzando los lazos culturales entre ambos países.
K-Pop World Festival Bolivia

Se consolidó como un espacio donde la pasión juvenil se transforma en representación, pues, más allá de la competencia, el escenario se volvió un punto de encuentro entre identidades: jóvenes bolivianos interpretando danzas de una cultura que nació al otro lado del mundo, pero que hoy también aman. Cada coreografía, vestuario y puesta en escena habló de disciplina, admiración y conexión genuina.
En el show, destacamos la caracterización de los diferentes participantes, “la caracterización se utiliza no solo para conectar con el idol y su personalidad, sino también para conectar con el club de fans […], ya que es una forma de poder verlos aunque los reales no vengan al país”, explica uno de los integrantes del grupo de dance cover paceño Dreamers Entertainment.

Cada uno de los grupos puso mucho de sí mismo para clasificar a la siguiente fase de esta competencia, logrando así el resultado esperado en el caso de “Game Over”, un grupo de dance cover cochabambino que lleva más de 7 años de trayectoria. “Los idols son una gran fuente de inspiración para nosotros como grupo de dance cover […] como fans tenemos esto en común y nos sentimos parte de esta comunidad a nivel mundial”, comenta el líder con un semblante alegre, al igual que sus compañeros.

Y del mismo modo la solista ganadora, Maya Calderón, nos explica que “gracias al K-Pop comenzó a gustarle la danza […] y quizá podemos ir más allá, viajar representando a Bolivia”.

En cada una de estas oportunidades quedó claro que estas experiencias no fueron eventos aislados, sino parte del resultado del diálogo que se ha fortalecido a lo largo de seis décadas, siendo el taekwondo, el K-Pop, la tradición y los ánimos por el entendimiento entre naciones que Corea y Bolivia encontraron nuevas formas de mirarse, reconocerse y celebrar aquello que las une.
Extendemos un profundo agradecimiento a la Embajada de la República de Corea en Bolivia por hacer posible estos encuentros culturales, por abrir espacios donde la tradición, la creatividad y la juventud dialogan sin barreras y por apostar por la cultura como una herramienta de cercanía entre países. Felicitamos por sus 60 años de relaciones diplomáticas, una historia construida con respeto, intercambio y colaboración constante que hoy sigue escribiéndose desde los escenarios, el público y las emociones compartidas.
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